Teidagua Sede de la Empresa Aguas de La Laguna 1992-1993





UNA INSERCIÓN EN LA CIUDAD HISTÓRICA

El objeto del proyecto ha consistido en la ampliación de un edificio antiguo localizado en el casco histórico de La Laguna para su reutilización como sede de la empresa municipal de aguas. La naturaleza del encargo quedó condicionada, además, por la necesidad de reestructurar un edificio residencial para usos administrativos, y por las características protegidas del contenedor dentro del Plan de Protección de la ciudad, siendo éstas pautas fundamentales a la hora de abordar el proyecto.

Para ello, se ha tratado de respetar tanto la casa existente como mantener las pautas tipológicas tradicionales en este tipo de viviendas antiguas, características de La Laguna y de raíz netamente mudéjares. Al mismo tiempo, se ha buscado conseguir la inserción en la ciudad de la nueva ampliación con un lenguaje claramente contemporáneo.



Frente a la normativa vigente definida en el Plan de Protección, cuya preocupación básica consiste en la salvaguarda de la morfología de las fachadas de los edificios anteriores a 1900 y que permitía por el contrario la ocupación completa de la parcela en 3 plantas, el edificio que se ha propuesto trata de rematar el crecimiento de la edificación siguiendo los sistemas tipológicos presentes en la ciudad. Era fundamental, en este sentido, el mantenimiento del patio trasero existente, conservando su jardín y los árboles de porte presentes, tanto un nogal como un castaño.
En una primera fase, el programa a desarrollar consistía en la dotación de espacios para la atención a los clientes de la empresa y laboratorio de reconocimiento de aguas, así como la ubicación provisional de las secciones de contabilidad, servicios técnicos y dirección de la empresa.



La solución funcional consistió en organizar las dos primeras áreas, atención a clientes y laboratorios, en un edificio de nueva planta que presenta una nueva fachada al callejón del Convento de las Clarisas, mientras que la sección de contabilidad se organiza aprovechando el ala lateral de la construcción existente que se reacondiciona. Por último, la dirección y servicios técnicos se sitúan provisionalmente en la parte más antigua del edificio, hasta tanto se produzca su rehabilitación, obra posterior que se ha propuesto para una segunda fase.

El nuevo edificio se caracteriza por una geometría irregular acorde con la disposición de la parcela y que en planta baja, se abre totalmente al jardín interior que se conserva. Su ajardinamiento de una manera informal garantiza el disfrute del espectáculo cambiante de las estaciones y la incidencia de la luz solar.

Las cubiertas se ejecutan en este caso, usando teja plana con pendientes a una agua que se recogen hacia el interior en la crujía central, lo cual forma un conjunto de dos paños inclinados, a la manera de alas de mariposa, colocadas en dos planos diferentes.



Entre la zona ampliada y junto al edificio lateral se sitúan todas los elementos de comunicación en un volumen único. Este contiene un cuerpo de escalera y rampa que pretende constituirse en elemento de rótula común entre todos los espacios, junto con los pasillos que enlazan la parte vieja con la nueva del edificio.
El conjunto enfatiza su condición escultórica, introduciéndose a la manera de elemento de distorsión dentro del nuevo espacio interior principal.

El ala lateral construida a principios de siglo, se mantiene en su estado original aunque se apea en planta baja debido al mal estado de la estructura existente, lo cual permite además la organización abierta y flexible de la oficina de contabilidad.

La inserción de la nueva fachada que se propone en el callejón del Convento de Las Clarisas pretende ser sumamente respetuosa con su entorno y recupera la idea del espesor de muro existente en los edificios tradicionales de la ciudad histórica, así como la concepción unitaria del plano de fachada.



El tratamiento dado a los huecos se basa en una composición y proporción que rememora los modelos existentes en la calle sin caer en su copia literal. Para ello, se estudió específicamente tanto las proporciones adecuadas de huecos y macizos, la aproximación a las relaciones geométricas tradicionales, como su detalle y construcción de tal manera que evidenciaran claramente la época en que se ha realizado esta nueva aportación a la forma pública de la ciudad.
El hueco de la puerta principal y su configuración, así como el alero que remata la fachada también se distorsionan, prefigurando las irregularidades espaciales que el edificio presenta en su interior. La solución de alero se proyectó separándose del cuerpo de fachada principal, al objeto de que la altura del nuevo edificio no compita excesivamente con los modestos edificios colindantes de factura tradicional.

Interiormente, el recinto general de atención al público se caracteriza por la incorporación visual de los espacios ajardinados del patio y por la utilización de determinados elementos de mobiliario actual tales como el sistema Nomos de Foster Ass. y los sillones Lola de Josep Lluscá que, como pequeñas piezas escultóricas puntúan el espacio, acompañando a la estructura metálica de la rampa escalera y el cubo acristalado de la caja.



El presente trabajo ha originado una fuerte polémica local debido a que la formalización de la nueva fachada no copia literalmente los modelos tradicionales y a pesar de su voluntad manifiestamente integradora frente al contexto. Ello evidencia la pesada carga que suponen las visiones estereotipadas sobre el patrimonio construido para el desarrollo de una arquitectura consecuente.











Tipo de trabajo: Ampliación de edificio existente

Situación: Calle San Agustín, 8
La Laguna

Fechas: Proyecto: Junio de 1992
Terminación: Marzo de 1993

Promotor: Ayuntamiento de La Laguna
Aguas de La Laguna, S.A.

Constructor: Marino Santana del Castillo
Teximar S.L.

Presupuesto: 44.945.314 ptas.
Sup. Construida: 528,86 m2

Arquitectos: Federico García Barba
Mª Nieves Febles Benítez

Colaborador: Antonio Hernández Santos, Arq. Técnico

Fotografías: Jorge Nerea
Premios: Mención Oraá de Arquitectura Canaria 92-93